martes, 3 de agosto de 2010

Raúl González, el Ave Fénix del fútbol, aterriza en territorio alemán



(Publicado en El Pueblo de Albacete el 29 de julio de 2010)


El eterno capitán del Real Madrid vivirá una nueva aventura en el Schalke 04, donde intentará conseguir el reto de convertirse en el máximo goleador en competiciones europeas de clubes

Cuenta la mitología que en los jardines del Paraíso nació un ave que tenía la capacidad de resurgir de sus cenizas y desarrollar un nuevo ser, llamado Fénix. El universo del fútbol ha registrado puntualmente la presencia de algunas figuras que cumplen a la perfección con la definición renacentista de una trayectoria profesional, con la capacidad única de renacer y crearse a sí mismos.
Continuamente criticado a lo largo de sus últimas temporadas en el Real Madrid, Raúl González Blanco ha sabido contestar a sus detractores más fieles de la manera que mejor sabe: marcando goles. Ha tropezado, ha fallado, ha sufrido rachas malas, pero finalmente se ha levantado y ha resurgido siempre de sus cenizas para dirigir a un equipo a veces endeble, a veces vitoreado a nivel mundial, y también, porqué no decirlo, siendo el hazmerreír de todo Europa (con eso del chorreo, entre otras cosas). Ahora se enfrenta a una nueva etapa de su vida profesional en Gelsenkirchen para jugar en el Schalke 04, donde podrá seguir demostrando su ahínco y su fortaleza dentro y fuera del terreno de juego. Firma para dos temporadas y tendrá la oportunidad de jugar la Champions League, donde quizás pueda enfrentarse al equipo de su vida.
Una carrera como la del siete del Madrid es envidiable, ya que no muchos futbolistas pueden presumir de reventar récords durante dieciséis años consecutivos.
Para él no hay barreras. España y Europa han sufridos sus centenares de goles, consiguiendo seis Ligas, cuatro Supercopas de España, tres Champions League, dos Copas Intercontinentales y una Supercopa de Europa. Un palmarés que deja sin palabras a cualquier crítico que pretenda restar importancia al papel de Raúl a la hora de obtener estos títulos, puesto que precisamente él ha sido el mayor baluarte del equipo para conseguirlos. En este sentido, Raúl González ha puesto en jaque a los rivales más arduos del mundo a nivel de clubes, anotando goles tan míticos y bellos como el del Vasco de Gama en la Copa Intercontinental del año 1998, o el de las fi nales de la Champions en 2000 y 2002 contra el Valencia y el Bayern Leverkusen respectivamente.
Por otro lado, gracias a su coraje, ha sido el único jugador blanco que ha callado a Barcelona, cuando en el minuto 86 de aquella noche del 13 de octubre de 1999, marcó el gol del empate en el Camp Nou contra el eterno rival y enmudeció a la afición blaugrana con una imagen que quedará grabada en las retinas de todos los madridistas.

Principio y fin
La Romareda se ha convertido en el estadio fetiche del delantero madrileño. El 29 de octubre de 1994, el estadio maño vio debutar a un diamante en bruto, gracias a que el técnico de entonces, Jorge Valdano, diera una oportunidad de oro al joven futbolista, que naturalmente sustituía a Emilio Butragueño. De esta forma, dejó auténticos ramalazos de calidad y fortaleza en el terreno de juego, con lo que todas las miradas se fijaron en él como el perfecto recambio del Buitre. Precisamente allí, Raúl anotó su último gol con la camiseta del Real Madrid, una historia casi perfecta para un jugador perfectamente cualificado para el fútbol -marcó el gol tras recorrerse la mitad del terreno de juego con una lesión en su tobillo-.
Aunque Zaragoza fuera testigo de su debut, el primer gol con la camiseta merengue lo consiguió ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu, que ovacionó por primera vez a ese travieso delantero. Paso a paso fue configurando una carrera futbolística con una base profesional que estaba mantenida por perseverancia y la regularidad en el momento de luchar todos y cada uno de los balones que le llegaban a sus pies. Con estas premisas, los esfuerzos del delantero y los logros del club fueron desarrollándose paralelamente en la segunda mitad de la década de los noventa, para comenzar el siglo XXI como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. De hecho, el año 2001 pudo ser la gran oportunidad para que Raúl se convirtiera en el segundo futbolista español en conseguir el Balón de Oro (junto a Luis Suárez, 1960), sin embargo, la organización entendió que el galardón debía recalar en el jugador inglés Michael Owen.

Un emblema
Con este currículum, Raúl se ha convertido en el emblema del Real Madrid, peleando como el que más por obtener la victoria, enseñando a todos lo que significa jugar en el club, desprendiendo compañerismo y mostrando su lucha hasta el último día. Esperemos que la costumbre de la vigente presidencia madridista no sea la de prescindir (sin merecerlo) de verdaderas instituciones del club, como en su día fueron Vicente del Bosque y Fernando Hierro, que tras ganar la liga de la temporada 2002-2003, tuvieron que marcharse sin el debido reconocimiento por su afición. Ahora le ha tocado el turno a Guti y a Raúl... ¿Serán los próximos en salir de esta forma Iker Casillas y Sergio Ramos? Los valores del madridismo se sostienen gracias a jugadores como ellos, gente que ha mamado el interés por los colores desde muchos años atrás. Y no es una cuestión de jerarquía, como se apunta desde fuera del club, sino una cuestión de fidelidad y sinceridad con una camiseta que representa tanto en el mundo del fútbol.
Otra cuestión que está en el aire es quién será el sustituto de llevar el peso de ser el Siete del equipo. Aunque todas las quinielas apuntan a que el portugués Cristiano Ronaldo sea el elegido, el respeto por ese número quizás tendría otros candidatos para merecerlo, algún futbolista de la cantera que realmente sepa lo que supone tirar de ese número -que han llevado a sus espaldas Amancio, Juanito o Butragueño-. Sin embargo, el Florenteam poco tiene que ver con aquellos sentimientos que impregnan la historia del Real Madrid, con los fichajes de precios astronómicos que protagonizan los últimos capítulos de la historia del club.

Nueva aventura
Sea como fuere, el capitán blanco continuará su travesía por el fútbol europeo con el Schalke 04,
donde tendrá la oportunidad de registrar la marca goleadora más alta de la historia en competiciones europeas, desbancando al mítico futbolista alemán Torpedo Müller, que por ahora se mantiene dos goles por encima en su cuenta personal. Un reto, una nueva aventura y, en definitiva, un motivo para que Raúl siga realizando lo que más le gusta y lo que mejor saber hacer, aunque a partir de ahora, fuera de la casa blanca. En sus manos está que a partir de ahora no sea el siete de España o el siete del Real Madrid, sino que se pueda afi anzar como el Siete de Europa.

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