Art. Opinión
El Real Madrid se presentó en su casa con un juego insípido que lleva practicando en las últimas temporadas. No hubo conexión en el centro del campo. Sin la magia de Kaká, que parecía no querer hacerle daño a lo que fue su equipo en años anteriores; con el disloque de Granero, que intentaba desbordar pero no lo conseguía; y la brecha entre Lass y Xabi Alonso, que se están convirtiendo en una extraña pareja, donde cada uno lo hace bien individualmente, pero no consiguen realizar juego en equipo.
Las bandas fueron otro desastre. Sergio Ramos está a años luz de lo que fue en la primera temporada que jugó con el conjunto blanco, pues no controlaba correctamente ninguno de los balones que le llegaban al pie, no supo defender a un crecido Ronaldinho, y sus reiterativos pases que proporcionaba a sus compañeros eran interceptados por la zaga rossonera. Por otro lado, Marcelo supo intervenir en algunas de las jugadas que se desarrollaban por la banda izquierda, con un fuerte disparo que despejó Dida en la primera mitad. Sin embargo, y como nos tiene acostumbrados el lateral brasileño, no sabe defender.
Fallaban todos, hasta el pontífice de la catedral blanca. Casillas parecía desquiciado ante la pasividad y desorganización de sus defensores, que pudieron eludir fácilmente los goles del AC Milán. Albiol es la mejor noticia en las línea defensiva del equipo, ya que imprime una fuerte seguridad atrás y goza de unas cualidades excelentes para controlar y frenar a los delanteros oponentes.
El fichaje de Benzemá no termina de cuajar. Es estático, no busca el esférico, no muestra actitudes de encarar a los contrarios. El disparo es su gran baluarte, pero tiene que intensificar su potencia para conseguir su principal objetivo: el gol.
Sin embargo, un jugador que muchas veces han enterrado para resucitarlo cuando peor le van las cosas a este equipo, fue de nuevo el auténtico valedor del conjunto madridista. Raúl González hizo de todos: marcó un gol, defendió en el centro del campo, presionó arriba, se desmarcó bien en jugadas de peligro, hizo buenas paredes con Kaká, sacó un córner que supuso el segundo tanto del Madrid y se partió la cara con un cobarde Ronaldinho (que le endosó un golpe por la espalda). Dicen las malas lenguas que es muy fácil seguir la estela de un jugador que está endiosado por la afición madridista, aunque verdaderamente "esté acabado". No hay más ciego que el que no quiere ver. Raúl sigue ampliando su marca como máximo goleador de la historia en la Champions League, que es la competición más importante del mundo a nivel de clubes. Es un dato totalmente indiscutible. Sigue siendo el icono del Real Madrid, luchando como el primer día y superando las críticas que le intentan desbancar de su puesto en la titularidad del equipo.
Todavía queda mucha temporada por delante para que "el ingeniero" sepa encontrar el aliciente principal con el que triunfe el juego madridista.
El Real Madrid se presentó en su casa con un juego insípido que lleva practicando en las últimas temporadas. No hubo conexión en el centro del campo. Sin la magia de Kaká, que parecía no querer hacerle daño a lo que fue su equipo en años anteriores; con el disloque de Granero, que intentaba desbordar pero no lo conseguía; y la brecha entre Lass y Xabi Alonso, que se están convirtiendo en una extraña pareja, donde cada uno lo hace bien individualmente, pero no consiguen realizar juego en equipo.
Las bandas fueron otro desastre. Sergio Ramos está a años luz de lo que fue en la primera temporada que jugó con el conjunto blanco, pues no controlaba correctamente ninguno de los balones que le llegaban al pie, no supo defender a un crecido Ronaldinho, y sus reiterativos pases que proporcionaba a sus compañeros eran interceptados por la zaga rossonera. Por otro lado, Marcelo supo intervenir en algunas de las jugadas que se desarrollaban por la banda izquierda, con un fuerte disparo que despejó Dida en la primera mitad. Sin embargo, y como nos tiene acostumbrados el lateral brasileño, no sabe defender.
Fallaban todos, hasta el pontífice de la catedral blanca. Casillas parecía desquiciado ante la pasividad y desorganización de sus defensores, que pudieron eludir fácilmente los goles del AC Milán. Albiol es la mejor noticia en las línea defensiva del equipo, ya que imprime una fuerte seguridad atrás y goza de unas cualidades excelentes para controlar y frenar a los delanteros oponentes.
El fichaje de Benzemá no termina de cuajar. Es estático, no busca el esférico, no muestra actitudes de encarar a los contrarios. El disparo es su gran baluarte, pero tiene que intensificar su potencia para conseguir su principal objetivo: el gol.
Sin embargo, un jugador que muchas veces han enterrado para resucitarlo cuando peor le van las cosas a este equipo, fue de nuevo el auténtico valedor del conjunto madridista. Raúl González hizo de todos: marcó un gol, defendió en el centro del campo, presionó arriba, se desmarcó bien en jugadas de peligro, hizo buenas paredes con Kaká, sacó un córner que supuso el segundo tanto del Madrid y se partió la cara con un cobarde Ronaldinho (que le endosó un golpe por la espalda). Dicen las malas lenguas que es muy fácil seguir la estela de un jugador que está endiosado por la afición madridista, aunque verdaderamente "esté acabado". No hay más ciego que el que no quiere ver. Raúl sigue ampliando su marca como máximo goleador de la historia en la Champions League, que es la competición más importante del mundo a nivel de clubes. Es un dato totalmente indiscutible. Sigue siendo el icono del Real Madrid, luchando como el primer día y superando las críticas que le intentan desbancar de su puesto en la titularidad del equipo.
Todavía queda mucha temporada por delante para que "el ingeniero" sepa encontrar el aliciente principal con el que triunfe el juego madridista.
Por fin un blog escrito por alguién que sabe de fútbol de verdad. Totalmente de acuerdo con él tema de Raúl: lo enterrarán las veces que quieran, dirán que no tiene sitio pero para mí a dia de hoy es titular indiscutible. Solo añadir un dato, el peor Milán de la historia consiguió lo que no pudo hacer el Milán de Van Basten o Rijkaard, gano por primera vez en el Bernabeu. El problema son las bandas, ni las utilizamos para atacar, ni sabemos defenderlas. A ver si Pellegrini se pone las pilas...
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ResponderEliminarLo siento pero no me parece nada objetivo qe de todas las publicaciones es este blog de...fútbol, todas menos una sean dedicadas al mejor equipo de toda la historia del mundo mundial. Sí, el Don Real Madrid Club de Fútbol. El señor de los señores. Eso sí. estoy completamente de acuerdo en que Raúl continúe lo máximo posible, 10 años más, pese a que mis razonamientos y los de yisus sean opuestos.
ResponderEliminarPdt: La otra entrada tenía faltas de ortografía y un señor blog no debe tener faltas de ortografía.
Rectifico, todas menos dos.
ResponderEliminarDon Sergio te comento. Considero que un blog sirve para publicar todo tipo de textos: artículos, vivencias, anécdotas, cartas, poesías, mensajes, etc. Además, es algo personal y con el que te puedas expresar libremente sobre el primer tema que te venga en gana. Para mí, la creación de este blog está ligada con el ámbito futbolístico, que me gusta enormemente y del creo que puedo opinar con cierta coherencia. Mi intención no es plasmar cualquier pamplina que se me venga a la cabeza de un tema que ignore (como pueden ser los toros o el reggeaton), sino dar argumentos de un partido del Real Madrid que semanalmente veo y disfruto. No voy a comentar los partidos semanales del Valladolid (sin ofender a los pucelanos), puesto que no veo sus encuentros.
ResponderEliminarPor otra parte, ¿dónde has visto una falta de ortografía en el blog? Te agradecería enormemente que me la indicases porque si hay algo que me jode es que en mis escritos aparezca algún error ortográfico.
ya quedó todo hablado en el viernes inolvidable.jaja.
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