Los tres delanteros blancos fueron los autores de los goles en un encuentro en el que se vio el poderío ofensivo de los hombres de Mourinho, aunque no materialicen todas las acciones que se presentan en sus citas
El Real Madrid consiguió tres puntos en casa con carencias ofensivas aunque el marcador diga lo contrario. El 3-0 final pudo ser más abultado de no ser por los repetidos fallos en la zona delantera. El comienzo del encuentro fue correlativo al término de los últimos partidos, con jugadas personales de Di María y Cristiano Ronaldo, que nunca acabaron en buen puerto.
En los primeros veinte minutos hubo una serie de acercamientos que no tambalearon a la zaga españolista. Ramos, muy participativo durante todo el encuentro, también encontraba en su banda derecha una vía de escape para llevar peligro.
En el meridiano de la primera mitad, Marcelo vio una tarjeta amarilla tras fingir una caída dentro del área, después de una buena jugada confeccionada por él mismo, Higuaín y Özil.
Mientras tanto, Di María y Cristiano seguían haciendo la guerra por su cuenta. El portugués gozó de una de esas faltas que tanto acierto le suponen en el minuto 26, con un lanzamiento que rebotó en el brazo de Luis García que se encontraba en la barrera. Penalti para el Madrid y tarjeta para el delantero periquito. Cristiano Ronaldo lanzó y no falló, sin embargo, el colegiado mandó repetirlo porque varios jugadores entraron en el área. A la segunda tampoco falló.
Tras ello, el Madrid siguió intentándolo, tocando bien el balón y anulando al Espanyol en el centro del campo, con un trabajo muy destacable de Lass Diarrá, que secó por completo las oportunidades ofensivas del equipo de Pochettino. Además, la dupla de Pepe con Carvalho estuvo muy bien en esos 45 minutos.
Segunda mitad
El segundo tiempo comenzó con bastante peligro para la meta defendida por Iker Casillas. Sergio García comandó esas llegadas, y en cinco minutos disparó dos veces. La primera de ellas la atajó Casillas y la segunda se marchó por la parte derecha de la portería. El Espanyol comenzaba a avisar y a entrar en el partido.
Por su parte, Di María seguía realizando acciones personales, con regates inverosímiles y con pases de rabona, aunque nunca concluía la jugada.
Tras ello, se vivieron los minutos más intensos del encuentro, con Pepe y Galán como protagonistas porque fueron expulsados. El primero por doble amarilla -por una entrada a destiempo y un agarrón- y el segundo por roja directa tras una fuerte entrada a Cristiano con la planta del pie derecho por delante. Clos Gómez igualó el partido en dos minutos.
Con ello, Mourinho entendió que tenía que funcionar mejor defensivamente e introdujo a Khedira y Arbeloa por Özil y Di María.
Duscher pudo ser expulsado en el minuto 72, tras un fuerte codazo a Pipita, pero la sangre que brotaba de sus labios no fue necesaria para consumar la expulsión.
En el 78 llegó el segundo tanto, obra de Higuaín, que recibió un buen pase de Cristiano desde el medio campo, tras un robo de balón.
Al minuto siguiente fue sustituido por Karim Benzemá. El francés fue protagonista en los minutos finales, puesto que anotó el tercero de su equipo, después de una buena jugada por la izquierda de Marcelo y Lass, que sirvió en el punto del área al francés para que, tras un buen amago, rematara al fondo de las mallas y consumara la victoria blanca.
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