Artículo de Opinión
Semanalmente me zampo los partidos de la Bundesliga del Schalke 04 desde que Raúl comenzara a vestir la camiseta alemana. Con el encuentro de esta tarde, me vuelvo a quitar el sombrero con el veterano futbolista. Y no sé cuántos sombreros quitados van en 16 años de su carrera profesional.
Su pundonor infinito traspasa fronteras a pesar de su edad, de su evidente cansancio, de jugar fuera de la órbita del Real Madrid con unos nuevos compañeros que están en las antípodas de los que tenía en la capital madrileña. El Werder Bremen ha sido su nueva víctima, endosándole un contundente hat-trick.
El Schalke salió al campo con las ideas bien claras: intentar alejarse de los puestos de descenso y conseguir obligatoriamente la victoria. Y así lo hizo. Pasaban los 22 minutos del encuentro cuando Metzelder anotaba de cabeza el primero para los azulones. Pero este gol no hizo que bajaran los brazos, sino que el equipo de Felix Magath siguió volcado contra la portería de Wiese.
La actuación de Kluge en el centro del campo fue contundente e impecable, así como la rapidez en el desborde de Farfán en el interior derecho. Pero apareció el protagonista. Raúl marcó el segundo de su equipo y el primero de su cuenta personal, tras un lanzamiento de falta de Edu, donde Raúl aprovechó el rechace para anticiparse a toda la defensa naranja y marcar. Así se fueron al descaso.
En la segunda mitad seguiría la exhibición del siete. Robaba balones en el centro del campo para comandar ataques, realizaba cambios de juego, movía al equipo a su antojo... y marcaba goles. Concretamente en el minuto 56 marcó su segundo tanto con un empalme de primeras, donde el guardameta del Werder no pudo atajar.
No obstante, el hat-trick se consumó con una auténtica obra de arte. Raúl le robó una pelota en el balcón del área a la zaga del Werder Bremen, se escoró por la derecha y, ante la salida del portero, ejecutó una perfecta vaselina. Y, por su puesto, toreó.
Desde el 26 de abril de 2009, ante el Sevilla FC (2-4) el madrileño no anotaba tres goles en un encuentro. Un saldo que Felix Magath supo aprovechar en el minuto 77 para que el público del Veltins-Arena reconociera con una merecida ovación a Raúl González Blanco.
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